La hermosura, además de ser una noción subjetiva, no juega sino un papel menor en la atracción amorosa, que es más profunda y que todavía no ha sido enteramente explicativa. Es un misterio en el que interviene una química secreta y que va de la temperatura de la piel al brillo de la mirada. de la dureza de unos senos al sabor de unos labios.
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