No sé si la ciencia encontrará pronto una vacuna con el sida. Ojalá. Pero lo que deseo subrayar es nuestra indefensión psicológica y moral frente a esa enfermedad. Es claro que las medidas profilácticas -el uso del condón y otras- son indispensables; también es claro que no bastan. El contagio está ligado a la conducta, de modo que en la propagación del mal interviene la responsabilidad de cada individuo. Olvidar esto sería hipócrita y nefasto. Un especialista de estas cuestiones escribe: <<la historia de la humanidad muestra que ninguna enfermedad se ha logrado eliminar únicamente por los tratamientos. Nuestra única esperanza para lograr frenar el sida descansa en la educación>>.²
UNICEF: Protect Rwandan Children Living with HIV/AIDS (Solamente lo encontré en inglés, lo siento):
2. Mervyn F. Silverman, de la American Foundation for AIDS Research. Citado por los doctores Samuel Ponce de León y Antonio Lazcano Araujo, en <<¿Quo vadis Sida?>>, ensayo publicado en La Journal Semanal, México, 11 de abril de 1993.
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