He inventado un nuevo lenguaje: mis ojos.
Los ojos no me servían sino para mirar.
Hoy todo lo digo con los ojos y lo que ayer comprendía con la mente y el pensamiento hoy lo hago con mis ojos.
El desconcierto, la pena, la fatiga, el desamor, el furor se convierten en miradas que distanciándose de otras miradas las destacan y me enseñan lo que debo aprender.
Los ojos subrayan todo acontecer y los libros son ahora el blanco, y el blanco lo envuelve todo, menos los ojos. siempre atentos.
Ellos generan el pensar que ya no tendrá pensamiento y lo que mis ojos reparen no existe, no me detengo en nada que no detecten mis propios ojos, no deben desviarse mis ojos, carezco de todo otro lenguaje, el único es el que veo y miran mis ojos.
Son ellos mi nuevo lenguaje.
Desde hoy, mis ojos hablarán por mí.
Y es con esos ojos que contaré esta historia.
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